Daria, estandarte por excelencia del adolescente inadaptado moderno y serie de culto para muchos, ha sido invariablemente un sinónimo directo de psicopatología. En el contexto de un trabajo práctico hecho para una materia llamada Personalidad normal (también estudio Counseling, deben saber), tuve la idea de hacerlo sobre uno de mis personajes favoritos. Los resultados no pudieron menos que sorprenderme, pues esta chica inadaptada con rasgos depresivos reune una serie de características que la hacen digna de ser llamada resiliente. ¿Qué es eso? Pues la resiliencia es la capacidad de una persona de desarrollarse en un ambiente adverso.
Le prevengo, lector casual, la longitud del trabajo es larga. Al seguidor de Daria no le diré nada, porque seguramente disfrutará de leer esto y la advertencia carecerá de sentido para él.
Daria es una serie animada de
televisión creada por Glenn Eichler y Susie Lewis Lynn y producida por el
departamento de animación de MTV. El personaje principal fue sacado de la serie
Beavis and Butthead, producida por la misma MTV. Daria fue emitida en más de
veinte países, entre 1997 y 2001, con eventuales retransmisiones.
La serie comienza con la mudanza
de la familia Morgendorffer a una ciudad llamada Lawndale (por razones laborales de sus padres: Helen, abogada y Jake, publicista) y con el ingreso de Daria y de su hermana Queen
a la Secundaria Lawndale. Queen, una
adolescente sumamente superficial solo interesada en la moda y en las citas, no
tarda mucho tiempo para adaptarse al nuevo ambiente escolar y unirse al Club
de Modas con otras chicas consideradas populares. Daria, en
cambio, es obligada a asistir a un taller de autoestima dictado por el profesor
Timothy O’Neill al diagnosticársele problemas de autoestima en una consulta
psicológica escolar. En el taller
conoce a Jane Lane, otra adolescente inadaptada, y se convierten en amigas
al descubrir que comparten gustos comunes en programas de televisión, comidas y, sobre todo, en
su visión pesimista de la vida. Muy pronto
las ironías de Daria hacía sus compañeros hacen que estos la excluyan, Daria se
relaciona solamente con Jane, y ambas se burlan mordazmente de sus compañeros
siempre que pueden. Pese a esto, Daria reniega de ser rotulada como una
“inadaptada” o “antisocial”.
Helen y Jake
tienen un pasado de hippies del que solo guardan recuerdos luego de convertirse
en profesionales. Continuamente Jake se siente desvalorizado, ya que es Helen quien sostiene la casa y tiene muchos recuerdos tormentosos de su
padre que lo angustian. Cuando Daria
tenía 6 años, Jake se sentía sumamente presionado laboralmente por su jefe y eso
lo llevaba a tener discusiones con su mujer, además de que lo obligaba a dedicarles
poco tiempo a sus hijas. En esa época Daria ya tenía
problemas al relacionarse con los otros niños: prefería leer libros y sus
compañeros se burlaban de ella por su forma de hablar y por sus anteojos, por lo
que frecuentemente la psicóloga de la escuela llamaba a los padres de Daria sin
que éstos supieran cómo tratarla.
A los 12
años Daria usa algunos insultos de obras de Shakespeare con sus profesores, a
los 15 escribe violentas fantasías de venganza para obtener reacciones, a los
17 envía un cuento a una revista literaria y se deprime mucho cuando este es
rechazado. Daria misma elabora
un diagnóstico de su familia ante un psicólogo: “Mamá resiente el tener que
trabajar tanto y así esconde su culpa porque en realidad le gusta trabajar. Papá sufre por
ser menos activo que mamá, pero cree que está mal sentirse así y se esconde detrás
de una pantalla de despistado. La superficialidad de Queen es como una armadura
contra el miedo que le da ver su interior y no encontrar nada ahí. Y mi defensa
es hacer que la gente me rechace para no sentirme mal cuando lo hagan". Daria se enamora de Trent Lane, el hermano de
Jane y guitarrista de la banda under Mystica Espiral, por lo que comienza a ponerse
muy ansiosa cuando lo tiene cerca, sintiendo siempre que es incapaz de
hablarle. Tiempo
después Jane conoce a Tom Sloane en un concierto de la banda de su hermano y
empiezan a salir, razón por la que Jane empieza a dedicarle menos tiempo a
Daria y eso las lleva a discutir. Tom empieza
a conocer a Daria y a mostrar preferencia por ella, finalmente deja a Jane y
empieza una relación con Daria en la que a ella le costará mucho expresar sus
sentimientos.
A lo largo
de la serie se puede observar el crecimiento de Daria hasta su graduación, el
desarrollo de su identidad y el aprendizaje para convivir con sus defectos. Daria tiene,
en concordancia a las pautas de madurez de Maslow, una eficiente percepción de
la realidad al juzgar situaciones, aunque frecuentemente esto no es así con las
personas ya que ella presiente siempre que será rechazada y eso condiciona su
comportamiento. Situación que puede verse en su gran nerviosismo al interactuar
con Trent Lane cuando este le gustaba. Daria tiene
grandes conocimientos de la naturaleza humana, como resultado de ser una gran
lectora de autores existencialistas (como Kafka) que continuamente vuelca en
agudos comentarios que develan su conocimiento de la intencionalidad de
determinados hechos, sobre todo relacionados con la política y con la economía. De
esta manera cuando su madre cuenta en la mesa del desayuno que la familia había
sido invitada a un fin de semana en un lugar de descanso y psicoterapias por
parte de la empresa donde trabajaba, Daria rápidamente comprende que están
tratando de hacer un diagnóstico de su familia para evaluar si Helen está
capacitada para un ascenso.
Daria
demuestra también una gran espontaneidad concordante a su adolescencia. De esa manera cuando, en Los prófugos
días de fiesta, tiene que demostrar que ella es “buena onda”, atina a invitar a sus interlocutores a comer pizza
y estos le demuestran respeto por su reacción rápida. Aunque disfruta de la
soledad, esto no le impide mantener largas conversaciones telefónicas con su
amiga Jane, pasar mucho tiempo en casa de esta viendo televisión y compartiendo
el gusto por el arte de Jane ni tampoco salir a pasear con ella o acompañarla a
los conciertos de Mystica Espiral. Es también
una gran seguidora del programa Mundo enfermo y triste, que pasa continuamente
notas sobre noticias extrañas y grotescas del mundo, programa que ve y comenta
con su amiga Jane y luego, también, con su novio Tom. La veremos
también jugando Doom, el famoso videojuego shooter, como cualquier adolecente que
se distiende en el ocio.
Tiene una
visión muy realista de la vida que, a veces, se convierte en una visión
pesimista de las motivaciones de los adultos y la falta de principios que ve en
su cultura y sociedad. Valora mucho
el arte, incluyendo cuadros y esculturas, de su amiga Jane. También apoya la
banda de Trent, aunque al principio dijera que eran "una mala imitación de The Doors". Daria es muy
veloz para retrucar con ironías y bromas. Ejemplos de ello son: "No soy cerebrito, solo soy realista y más
inteligente que tú", "Bienvenida al infierno, por favor mantén tus brazos
y codos dentro del vehículo", "¡Dios, por favor, un aneurisma!", "Tú
mueres por tu propia boca", "No digo que sean aliens..., pero hay
algo allá afuera. Algo estúpido", "No
voy a perforarme el ombligo, nunca me he hecho nada malo", "¿Tu
padre también es un exhippie resentido?”, "Tranquila,
es un examen psicológico. Estás automáticamente exenta”. Continuamente Daria siente que sus
compañeros son superficiales y vacíos, excusa que enarbola para bromear a costa
de ellos, aunque rara vez, por no decir nunca, se ríe de sí misma, actitud que es
justificable por estar transitando su adolescencia. Las bromas de Daria siempre hacen
reír a Jane, a Trent (y al mejor amigo de Trent, Jesse Moreno) y a Tom, los
cuales valoran mucho el humor de ella.
El
racionalismo de Daria la aparta de la característica oceánica o mística que Maslow
describe, ya que descree abiertamente de cualquier cosa de carácter milagroso.
Cuando su hermana creyó que tenía un ángel de la guarda que la protegía, Daria
se burló de ella, aunque finalmente aceptó que su hermana tuviera la necesidad
de creer en una fuerza superior. Aunque
siente rechazo por el estilo de vida superficial de su hermana (y esta por el
de Daria), en contadas ocasiones ambas hermanas han demostrado genuinos gestos
de cariño una por la otra. Daria
encuadra mejor en el tipo teórico de
tipología de valores de Allport: una actitud predominantemente cognitiva que
busca siempre observar y razonar. En cierta ocasión ella se imagina a sí
misma siendo adulta como una científica y continuamente busca reforzar su
imagen personal de intelectual.
Es capaz de
tener una relación social profunda con Jane, su mejor amiga, y posteriormente
con Tom, su novio, aunque le resulta muy difícil entablar relaciones con otras
personas, hecho que ella racionaliza justificando su actitud por falta de
interés en los demás. Jane Lane,
proveniente también de un hogar disfuncional, alienta el humor
negro de Daria y participa activamente de este y de sus continuas sátiras sobre sus compañeros y sobre la vida. Se
conocieron en el taller de autoestima del colegio, donde enviaban a los chicos
inadaptados a desarrollar conceptos de autoayuda. Simpatizaron rápidamente y se
hicieron amigas dentro y fuera del colegio. En un
determinado momento Jane comienza a hacer ejercicio, ganar competiciones y
empezar a ser aceptada, situación que la separa de Daria y revela la faceta más
posesiva de Daria para con su mejor amiga.
Daria posee
una gran certidumbre ética que se vislumbra en varios momentos de la serie:
cuando el profesor O’Neill intentó que ella diera las charlas de bienvenida a
los nuevos alumnos que ingresaban a la secundaria, Daria argumentó que hablar
bien de la institución cuando ella misma no creía que fuera un establecimiento de nivel
no sería ético. De la misma manera sintió rechazo ante las explicaciones que
les dieron unos economistas a su clase, en una visita a un centro comercial,
por considerarlas poco éticas. En otra
ocasión, ante una huelga docente, la directora le permitió dictar la clase
de Literatura del curso de su hermana. Daria demostró una gran entereza al no
aprovecharse de su situación de poder para perjudicar a su hermana y a sus amigas, ya que trató, por el contrario, de hacer una clase amena y un examen sencillo.
Daria
demuestra también una gran creatividad, en cierta ocasión escribió un cuento
con gran destreza literaria que tenía ciertos cambios de voces que, como le
señaló Tom, desafiaban al lector. Luego de tomar coraje envió el cuento a un
concurso literario en una revista, y se sintió muy fracasada cuando esta la
rechazó. Demuestra tener poca tolerancia a la
frustración, como la denomina Allport, posiblemente como consecuencia del poco
desarrollo de su confianza básica en
la primera infancia, fruto de padres muy consumados al trabajo. En cuanto a
sus motivaciones de crecimiento, como les llama Maslow, Daria desea continuar
con estudios universitarios luego de terminar la secundaria. El ambiente
académico la motiva mucho y la entusiasma la idea de ser una escritora. En cierta
ocasión fantaseó viéndose casada en el futuro con Trent (en un matrimonio que
no era feliz, cuestión que le hizo ir perdiendo su interés en el hermano de su
amiga), de lo que se desprende que Daria tiene cierto deseo de formar una pareja
estable y consolidada en su vida adulta. En su fantasía ella trabajaba como
científica y mantenía la casa mientras que el bohemio de Trent seguía esperando
“inspiración” para seguir escribiendo canciones para su banda. En tal
sentido hubo una variación en sus motivaciones relacionales al toparse con el
interés de Tom y su sólida formación intelectual que le permitió disponer de
contención. Fue, entonces,
una relación que se estableció más en correlación con las necesidades de afecto
y contención emocional e intelectual de Daria.
Daria se
reconoce como un producto de la cultura estadounidense, aunque no se siente
atada a mantener una pauta de comportamiento específico para mantenerse en
determinado patrón cultural. En tal sentido se puede afirmar que Daria tiene
autonomía de decisión por encima de la influencia cultural. Cuando Tom
comenzó a hablar sobre la madurez de su noviazgo y su deseo de dar un paso más
y tener sus primeros encuentros sexuales con Daria, esta se embarcó en largas
introspecciones para dilucidar si se sentía preparada o no, luego de una
primera sensación de temor ante esta nueva situación que le era desconocida: el
deseo sexual de otra persona sobre ella. Daria en esa
situación llegó incluso a hablar de su problema con su madre, pidiéndole
un consejo y recibiendo mucho apoyo de parte de ella para, finalmente, concluir
que no se sentía todavía preparada para iniciarse sexualmente y exigiéndole a
Tom que respetara su decisión.
En
determinado momento de su adolescencia, Daria pudo tomar contacto con un
recuerdo olvidado de su infancia que consistía en una discusión familiar muy
fuerte que las tenía a ella y a sus problemas de relaciones sociales como centro. La perturbó mucho concluir que podría haber sido siempre una
causa de molestia para su familia, aunque sus padres, cuando
ella les planteó el asunto, supieron abordar el tema de forma apropiada y
tranquilizarla al respecto. La
conversación concluye con Daria dándoles les gracias por haber sido tan
pacientes siempre con ella y reconociendo que, seguramente, no habría sido una empresa
nada fácil el haberla criado de pequeña. De manera
similar ella encaró distintas crisis de carácter ontológico: recurriendo al
diálogo y a la comprensión racional. Con esos recursos pudo resolver conflictos
centrales de su adolescencia de manera muy resiliente.
Así, aunque
Daria tenga problemas de autoestima (pese a que ella señale: “No tengo baja mi autoestima, tengo baja
mi estima a todos los demás”) y no se esfuerce por el desarrollo
de sus habilidades sociales, supo establecer una red de apoyo entre Jane, Tom, y sus propios padres (cuando hace falta). Además de
que es capaz de identificar sus fortalezas y valorar su persona la mayor parte
del tiempo. También
tiene fuertes propósitos orientados al futuro, en razón de su carrera
universitaria y de un futuro profesional que, junto a su firme desempeño
académico, hacen que se enfrente a su
egreso de la secundaria sin temor y que tenga significados orientadores de la realidad. Tampoco se
puede omitir el sentido del humor de Daria, icónico y representativo de la
serie, que la ayuda a sobrellevar su vida diaria y su complicidad con Jane. Puede
concluirse que lo que más resalta de Daria es su tendencia actualizante, en un
sentido rogeriano (tendencia innata al crecimiento y desarrollo),
que se manifiesta de manera resiliente (es decir, bajo circunstancias hostiles) en
sus expresiones intelectuales por encima de ligeras conductas patológicas relacionadas
con la ansiedad social y con la depresión, que deben ser contextualizadas en el
período de la adolescencia de Daria.
Me encantó, defines muy bien la conducta que tiene, hace poco me animé a verla y fue mejor de lo que esperaba, siento que sería fantastico conocer más gente así, que el mundo no está tan perdido como pienso...
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