viernes, 1 de junio de 2012

Cuentos Poco Conocidos Pte. 3

Los enanos y María la huerfanita
Ya que esta es la primera traducción libre de Los enanos y María la huerfanita disponible en la web, como primicia directa y exclusiva de Cuentos al Contemporáneo, no estará de más recordar a los lectores que, desde hace un buen tiempo, la propiedad intelectual del blog está protegida y que cualquier copy-paste que no brinde el crédito a Cuentos al Contemporáneo será debidamente denunciado. Pax.

Ese año el invierno fue muy duro y largo. Los enanos, como cada año, lo pasaban en la Cueva de Cristal; por supuesto no iban a la helada nieve. Allí más y más ansiosamente esperaban la llegada de la primavera. Błystek*, que era el rey de los enanos, era el más impaciente. De vez en cuando les ordenaba buscar signos de la primavera, pero aún no había lugar para verla. Hacía tanto frío que el rey se congelaba a su trono. Finalmente, la primavera comenzó a acercarse; los hielos se derretían y los enanos empezaron a estornudar. El rey envió un cronista educado, Koszałka – Opałka, para revisar lo que pasaba sobre la tierra. El enano se marchó inmediatamente llevando un gran libro, un tintero y una pluma. Llegó a una aldea, donde un zorro estaba robando las gallinas de los granjeros. Allí había un desorden total, todo el mundo pensaba, ¿qué se puede hacer con el zorro? Opałek entendía muy poco de esto. Pero era inteligente y un cronista escrupuloso y debía anotar el evento en el libro. 
Él escribió que los tatarzy ([tártaros] grupo de personas turcas de Europa Central y Oriental y Asia Central. Eso hace al aspecto histórico) atacaron el pueblo, ya que las personas siempre le echaban la culpa de los disturbios en los pueblos a ellos. Koszałek fue saludado calurosamente por los pastores. Lo invitaron a sentarse junto a ellos al fuego y le ofrecieron patatas. El cronista adoraba a los niños y con mucho gusto les contó muchas historias interesantes a los pastores y a ellos. Decía que en el pasado a los enanos les iba mejor. Los enanos vivían con la gente, los cuales los llamaron gnomos, les ayudaban en la granja y en el hogar, y tenían amistad con ellos. Después del bautismo de Polonia, en tiempos de Mieszko I (primer rey de Polonia), ángeles ocuparon el lugar de los enanos y estos empezaron a bajar de peso, a ponerse negros y a perder fuerza. Escaparon de la gente, por temor a las campanas ruidosas de la iglesia. Después se escondieron de la gente y vivieron en lugares apartados.

Por la tarde Koszałek se despidió de los niños y se marchó al bosque. Estaba muy oscuro y el enano cayó en una madriguera donde vivía el zorro Sadełko(un nombre que significa grasita). La pluma del cronista le resultó muy interesante al zorro. Cuando se enteró de que la pluma era de ganso, de los gansos que eran pastoreados por María la huérfana, inmediatamente comenzó a planificar el ataque a las aves. Además, Opałek aún no había visto ninguna señal de la primavera, aunque muchas de ellas estaban a su alrededor. Es más, dedujo que no habría primavera en ese año. 

Mientras tanto en la Cueva de Cristal había mucha hambre, porque la comida se había acabado. Allí recordaban la aventura de Podziomek*. Hubo una mujer que descuidaba a su precioso hijo. Los gnomos decidieron que lo remplazarían por Podziomek, un enano mucho más feo y que siempre tenía hambre. La mujer lo golpeó y le gritó tan fuerte que los enanos decidieron devolver a Janek (pues tal era el nombre del niño) a su madre, y Podziomek regresó con ellos. Ahora Podziomek, hambriento, se había marchado desde la Cueva a la tierra para buscar los signos de la primavera. Un ave le dejó viajar sobre su espalda. Aterrizaron sobre el techo de una casa, donde vivía la madre de Janek. El ama de casa vio al enano y él huyó al bosque. Allí, en un claro en el bosque, se encontró con un gitano que tenía un mono. El gitano, que ya había encarcelado a Koszalka – Opalka, encarceló también a Podziomek. Los guardó encadenados y trató de que aprendieran trucos de circo.

Muy pronto los enanos presentaban en la feria los trucos que habían aprendido y, mientras lo hacían, los gitanos robaban a los espectadores. Podziomek advirtió a las personas sobre lo que pasaba y ellos exiliaron a la deshonesta banda de la ciudad. Los gnomos se refugiaron en el bosque. La primavera por fin había llegado. El gitano atrapó una vez más en sus manos a los enanos, pero los gnomos con un hechizo hicieron que el hombre les devolviera a las Cuevas de Cristal. Allí el rey Blystek decidió que él y el tribunal marcharían inmediatamente a la tierra. Por la noche todos se encaramaron en el coche de Skrobek (un campesino pobre). Podziomek y Koszałek-Opalek bajaron a la región de Głodowa Wólka, y el resto de los enanos se sentaron entre las ramas de los árboles cerca de la cabaña de Skrobek. Ellos querían ayudar de alguna manera al campesino pobre, que vivía solo con sus dos hijos, ya que todos pasaban hambre y no podían cuidar de la granja. Nunca le había faltado nada a María en toda su vida, hasta que su madre murió. A continuación, tuvo que irse de su casa y vivir en Głodowa Wólka, donde comenzó a pastorear los gansos de una mujer. El perro Gasio le ayudaba. El zorro Sadeło le tenía mucho miedo a este perro, pero le gustaban mucho sus gansos. Por casualidad y equivocación, Koszałek - Opałek ayudó al zorro a robar los gansos. Podziomek llevó a María a la reina Tarta, para ayudarla a recuperar su manada. La reina vivía sobre una montaña muy alta, gracias a ella María pudo recuperar sus gansos. Su anfitriona, sin embargo, había encontrado una nueva ayudanta y exilió a María. 

Luego de esto Skrobek cuidó a la huérfana y ella, a cambio de esto, cuidaba de sus hijos y del hogar.
Gracias a los hechizos del rey, Skrobek llegó a ser muy trabajador y a preparar muy bien el campo para la siembra. Los enanos recogían las siembras de granos en todo el pueblo. También atraparon al ratón Wiechetek, que había robado el trigo. Cuando comprendieron que lo llevaba para sus hijos hambrientos, el rey Bystek se lo perdonó. Además, ordenó a los enanos cuidar de los niños de Wiechetek. Skrobek amaba María como si fuera su propia hija. El otoño pasó, Skrobek ya había sembrado su campo. Los Enanos en la Gruta de Cristal empezaban a prepararse para el invierno. Podían volver a casa alegres y orgullosos por todas las muchas cosas buenas que habían logrado ese año: encontrar una casa para María y haber cambiado la conducta de Skrobek. Sobre la tierra sólo estaba Koszałek - Opałek. Al principio vivió con el zorro en su madriguera. Finalmente, entendió que Sadełko era un asesino de aves y un ladrón.  En el verano Opałek buscaba a sus hermanos, desgraciadamente sin lograrlo. Pero él contaba a los niños de alrededor unas historias muy interesantes: del rey Bystek, de la huérfana María y sus gansas, de los tesoros, de los hechizos, de la brujería y de lo que los enanos habían hecho. Así dejó de escribir sus crónicas.

Nota de la traductora: Los nombres marcados* son nombres de fantasía.


Sólo diré que la madrugada, una hora plagada de criaturas surgidas de las ilusiones hipnagógicas, no son el mejor momento para escudriñar la correcta interpretación de un antiguo cuento polaco que, a oídos de un hablante de algún idioma derivado de las lenguas romances, resulta bastante impronunciable. Por eso le doy mis más sinceras gracias a Marietta Sokalska, estudiante de Filología Hispánica, por el gallardo atrevimiento de esta traducción directa del polaco al castellano.
Hay preguntas que flotan en el viento con la suavidad de una pajarita papirofléxica, deslizándose como volutas de humo sahumérico en las noches frías del corazón del hombre. En esos momentos fugaces donde dejamos todo etnocentrismo de lado y nos preguntamos de qué colores son los sueños de los niños detrás de las fronteras, detrás de los océanos, detrás de nuestra profunda ignorancia geográfica…

Marii Konopnickiej (María Konopnicka) fue una sufrida mujer polaca, periodista, traductora, poeta y novelista del siglo XIX (1842-1910). Luego de su matrimonio con un señor mayor, que terminaría mostrándose como fallido, ella comenzó con su carrera de escritora orientada al realismo literario.
Como señaló Ferdinand Brunetière a fines de la misma época: el Realismo viene a ser en el arte lo que el Positivismo en la ciencia. Konopnicka comenzó con poesía y, alrededor de 1890, ella volvió a los recuerdos de su infancia en Suwalki para desarrollar nuevas temáticas de sus obras en referencia a la tradición, aunque estas siempre estuvieron marcadas por el patriotismo, el sentimentalismo y el lirismo de su estilo particular.

La obra completa de Los enanos y María la huerfanita (O krasnoludkach i sierotce Marysi) es realmente más larga que la traducción aquí brindada; tómese como la versión contemporánea de Pinocho que es, en el fondo, un resumen muy apretado de una obra que consta de muchos capítulos.
El cuento contiene muchas referencias a la tradición eslava de los pueblos originarios de Polonia o incluso a factores históricos como las invasiones tártaras. La historia se desarrolla en torno a las interacciones de los enanos o gnomos con los humanos, presentando una suerte de oda al trabajo humano y claras simbologías sobre el culto a la tierra. Quizás sea un jirón de nube que esta ocultando el sol en la calle, o en mi corazón, pero puede verse un dejo de melancolía en la historia de la mengua del pueblo de los enanos.

Después del bautismo de Polonia, en tiempos de Mieszko I (primer rey de Polonia), ángeles ocuparon el lugar de los enanos y estos empezaron a bajar de peso, a ponerse negros y a perder fuerza. Escaparon de la gente, por temor a las campanas ruidosas de la iglesia. Después se escondieron de la gente y vivieron en lugares apartados…
No notaran ningún análisis exhaustivo, ya que la carencia de herramientas sociológicas sobre la sociedad polaca y sobre su particular historia así como cultura podrían llevar a conclusiones desacertadas y a dañar así el prestigio ético de Cuentos al Contemporáneo. Razón por la cual recordamos a los lectores que parte de nuestro trabajo es también la difusión de cuentos poco conocidos. Aunque son sugestivos ciertos elementos, como el descuido materno de la madre de Jalek, y la corrosiva perversidad de los gitanos.
Sin otro particular ni nada más que agregar.

Mr. Nemo

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