jueves, 1 de enero de 2009

El curro perfecto


El traje nuevo del emperador

Algo de historia: El traje nuevo del emperador es un cuento de hadas danés escrito por Hans Christian Andersen. La historia es una fábula con un mensaje de advertencia: solo porque todo el mundo crea que algo es verdad, no significa que lo sea, o también: no existen las preguntas estúpidas.
Hasta ahí todo bien, una inofensiva fabula que hace reflexionar a los niños sobre la credibilidad de cosas consideradas como verdades incuestionables, pero no al punto de cuestionar la democracia y ponerse a gritar ¡anarquía! O cuestionar la vida misma y levantarse la tapa del cerebelo al no encontrar una lógica innegable que les impidiera hacerlo.

La historia versa más o menos así: érase una vez una monarquía absoluta con un monarca. El cual tenía mucha afición por la moda y por la estética, y siempre estaba gastando el oro producto del régimen feudal en renovar su vestuario. Cierto día dos estafadores lo convencieron de invertir en un maravilloso y virtuoso traje, tan portentoso que solo la gente superdotada y de nobleza y virtuosidad incuestionables podía verlo. Nótese de nuevo la ingenuidad de los monarcas en estos cuentos de antaño. Porque el rey no solo pico el anzuelo, se lo trago entero. Entonces desembolsó el metálico y les dio suficiente dinero como para darme a mí el lujo de preguntarme ¿era el rey muy estúpido o los estafadores muy ingeniosos?

Los estafadores fingieron hacer un traje, con artilugios salidos del ingenio mismo tales como hacer la mímica de trabajar una tela en el telar vacio. El rey envió a sus consejeros a chequear cómo marchaba la obra. Aun suponiendo que el traje hubiera existido, de cualquier manera ellos no lo hubieran visto. Pero como sus participaciones políticas en la corte estaban en juego junto con sus cabezas admitieron haber visto un manto que eclipsaba al mismo astro rey. El monarca estuvo satisfecho con esto: les dio más metálico a los bandidos y espero que el traje estuviera listo.

Llego el día en que el rey desfilaría ante el populacho luciendo el esplendoroso traje. Mucha fue su sorpresa al notar que él no veía más que la nada donde debería estar su traje. Pero bueno, al ser un rey-dios no podía dar muestras de estupidez y fingió regocijarse en su traje increíble. Se dio inicio al desfile mientras los bandidos se escurrían por la tangente con un poco mas de metálico en el bolsillo.

El rey que andaba en cueros por la calle, rodeado de la guardia imperial, debió ser todo un espectáculo para el vulgo. Pero estos estaban prevenidos de las virtudes mágicas del traje y se habrán preguntado, tal vez, si el rey llegaría a matar a la gente que no viera su traje (ya que había sido tan lunático de pagar oro puro en un curro ante el que el más obtuso de los individuos con dos dedos de frente habría seguido de largo). Entonces comenzaron a aclamar a su soberano, hasta que un niño, no pudiendo contener las ganas de insultar a una autoridad aunque esta fuera su monarca, comenzó a vociferar: "¡El rey anda desnudo! ¡El rey anda en cueros! ¡Jo jo jo el rey es un gil!”.

Hay análisis sobre las palabras del niño y sobre el significado del hecho de que la verdad fuera proclamada por un infante. Análisis que no enumeraré porque no tienen relación con el sentido real de este escrito. Dejemos al niño, que quizás se llamaba Montesquieu y creció, aprendió a escribir y publico varios libros radicales que culminaron en la caída de la monarquía. O quizás el rey lo mandó ajusticiar por burlarse de su persona, nunca lo sabremos. Al igual que en El gato con botas, en este cuento vemos cómo el engaño y el fraude se muestran como estilos de vida triunfadores. Hoy en día vemos estafas igualmente absurdas, como la venta por internet de botellas con fantasmas auténticos dentro o falacias iguales.

No voy a culpar a este cuento, como usualmente hago aquí, por esos fraudes.
Lo que si voy a hacer es declarar que el cuento está siendo mal interpretado, ya que la moraleja real que nos deja es que en la estafa está el metálico. ¿O me van a decir que un niño entiende la idea de que "la verdad a menudo es dicha por gente demasiado ingenua para entender que haya grupos de presión que dicen lo contrario a lo obvio”, “la verdad a través de los ojos del niño, la pureza con la inocencia” y todas esas cosas? Seamos sinceros, el chico lee que estafan y que les sale bien y lo que le queda en la cabeza es eso. Y bien, será cuestión de que alguien escuche al niño que proclama que el emperador anda desnudo. Será cuestión de que este haya crecido para volverse un Montesquieu y no que haya sido ahorcado en la plaza mayor por hereje.
Sin otro particular,
Nemo

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