Se paseaba la Silvana
por su huerta la florida,
con su guitarra en la mano;
firmemente la tañía.
Su padre la estaba viendo
por una alta celosía:
“Si tú quieres ser, Silvana,
por una noche mi amiga”.
“¿Y las penas del infierno,
padre, quién las pagaría?”
“El Padre Santo está en Roma,
todo lo dispensaría”.
Cuando los hombres se aburren de revolcarse en su propia
inmundicia, se sientan en los sucios umbrales de sus puertas para esperar que
alguna súbita y diabólica inspiración les sugiera perversidades mayores. El ciclo se repite a lo largo de las eras del hombre. El editor de CC expresa sus disculpas por la prolongada
ausencia: la ciencia electromecánica me ha dejado discapacitado de una mano por
un tiempo, sin embargo la ciencia médica ha podido curarme. Entre ciencias y
ciencias, hoy refrescaremos nuestras conciencias de que los mudos libros y
relatos susurran a gritos los oscuros corredores de sus autores. Para todos
aquellos dispuestos a ver, los cuentos son productos culturales con profundas
huellas de sus autores y de la sociedad que los nutrió y es nutrida por ellos.
Como señala Historias y ficciones, Coloquio sobre la
literatura del siglo XV (Universitat de València), en el apartado de Rafael
Beltrán (1): “Varios son los romances de incesto en la tradición castellana,
como éste de Silvana (…). Seguramente uno de los más difundidos de toda el área
del Romancero sea el de Delgadina, que canta tan alegremente (pese a lo
supuestamente dramático del asunto):
El buen rey tenía tres hijas muy hermosas y galanas;
la más chiquita de todas Delgadina se llamaba.
Un día, sentado a la mesa, su padre la reparara.
“Delgadina, Delgadina, tú has de ser mi enamorada”.
“No lo quiera Dios del cielo ni su Madre Soberana,
que de amores me rindiera al padre que me engendrará”.
El posterior versionaje de las susodichas leyendas
coloquiales tuvo la siniestra inserción del detalle de las manos mutiladas; la
doncella cortaba su(s) mano(s) para que su padre no siguiera presionándola sexualmente,
finalmente por la ira de su padre es echada a un bosque para morir de hambre,
conoce a otro noble rey, se desposa con este y queda embarazada. Por maquinaciones de su suegra, son alteradas ciertas cartas entre la pareja de
tal modo que logra hacer creer que la reina había dado a luz una bestia, y el rey ordena la muerte de bestia y madre por igual. La dama escapa a un
nuevo exilio y, luego de muchas peripecias, se rencuentra con su amado que, al
descubrir la verdad, castiga a su madre (a veces, con la muerte). La historia decanta finalmente en La leyenda de la doncella
Carcayona. Según una sinopsis de la Universidad de Alicante: relato piadoso
aljamiado que alcanzó una cierta fama dentro de la comunidad morisca hispana en
los siglos XVI y XVII. La narración, que se conserva en seis manuscritos,
cuenta la historia de una doncella hija de un rey que, nacida en la idolatría,
recibe de forma sobrenatural el conocimiento del islam a través de una paloma.
Esta nueva religión la va a hacer enfrentarse con su padre —que ordena que le
corten sus manos y que sea abandonada en el bosque— y con la familia del príncipe
que se enamorará de ella. Sin embargo, la doncella será persistente en su nueva
creencia y esto la conducirá, tras varias peripecias, a un final feliz,
recuperadas milagrosamente sus manos y al lado de su enamorado.
Versiones más representativas:
—La versión morisca de Chauvin, que aparece como La historia de la paloma de oro y
la hija del rey en Las mil y una noches.
—La
versión francesa de Manekine, obra en verso del año 1270 escrita por
Philippe de Remi.
—La historia inglesa de Emaré,
conocida por H. Suchier en una versión manuscrita del siglo XV, pero que, por
los nombres franceses que aparecen, debe de ser, según éste, originaria del
siglo XIII, cuando los franceses eran populares en Inglaterra.
—La versión alemana; La hija del rey
de Rusia (Die Königstochter von Reussen), poema alemán de finales
del siglo XII, posterior a la historia de la Manekine.
—La Historia maravillosa de la hija
del rey de Hungría, versión catalana abreviada que se encuentra en un catálogo
de pliegos de cordel y cuyo epígrafe dice que “fue escrita por Abelimart, quien
la compuso para recreo y solaz de las gentes sobre una breve referencia a un
códice provenzal que dicen fue hallado entre papeles curiosos pertenecientes al
famoso monasterio de San Cucufate del Vallés”.
—La historia latina titulada Vita
offae Primi, de finales del siglo XII, aunque publicada en la Matthaei
Paris Historia Major por Wats (Londres, 1640), es, por tanto, la versión
del relato más antigua que se conserva.
Otras versiones:
La Ystoria regis franchorum et
filie (texto latino de 1370), La Novella della figlia del re di Dacia
(cuento italiano del siglo XIV), La llamada Novella Dionigia (obra de
1378 escrita al estilo del Decamerón), La Historia de la reina Oliva
(relato italiano del siglo XV), De origine inter Gallos et
Britannos
Belli Historia (escrito en Italia en 1457 por Bartolomeo Fazio de Spezia,
secretario de Alfonso I, rey de la Nápoles española), La historia de La
Penta Manomozza (relato popular en dialecto napolitano), Emaré (la versión
inglesa más conocida)… Y por supuesto; un sinfín más… (2)
El cuento compilado por nuestros
conocidos hermanos Grimm fue titulado Mädchen ohne Hände (La niña sin manos) y, en las conocidas anotaciones a la obra de los Grimm, le es atribuido como
fuente el relato árabe llamado Sobre las excelencias de la limosna, contenido
en Las mil y
una noches, aunque
no coincidan mucho en el contenido, sólo en el motivo de las manos cortadas. La joven sin manos narra una historia
donde diversos avatares demoníacos y de la codicia confluyen en un engañoso
pacto de riquezas que un ángel caído ofrece a un campesino a cambio de “aquello
que está detrás de vuestra casa” y que resultaría ser la misma hija del
campesino en lugar, como éste pensaba, de un árbol frutal. Al cabo de tres años el demonio vuelve
por la joven, por razones mitológicas extrabíblicas no podía tocar a la joven
mientras estuviera limpia, de modo que le encarga al hombre mutilar ambas manos
de su hija para que no pudiera limpiarse, cosa que el hombre cumple
puntillosamente. A fuerza de limpiarse con lagrimas, el
demonio se aburre de intentar poseer a la joven que lo mantiene a raya y sale de escena, mientras que la
joven se resigna a mendigar por los caminos y el lector recibe una pseudo
moraleja sobre el valor de las promesas hechas descuidadamente. Aunque se trató de adaptar al público
infantil contemporáneo este cuento, la mayoría se rindió y Disney desertó.
Lo que resulta innegable es que, a lo
largo de tantos siglos, las mujeres con amputaciones han tenido una
extraordinaria audiencia (por contexto histórico, digamos que masculina) quizás
atribuible a cierto grado de morbosidad acromatofílica. Aún, en La Bella y la Bestia puede
verse en un sentido dismorfofílico (parafilia con
personas deformes o monstruosas). Desde el cortometraje The Amputee de David Lynch, Tristana de Luis Buñuel, la
misteriosa desaparición el 29 de junio de 1987
de las manos de Juan Domingo Perón luego de la profanación de su tumba hasta las
innumerables comunidades virtuales de acromatofílicos haciéndose llamar
amantes/admiradores/adoradores de los amputados… (sí, CC cada vez se pone más underground). Vemos un fetichismo profundamente arraigado, bordeando a
veces la fascinación idolátrica. Vemos una conexión trazable a lo largo de los siglos entre
la amputación, la sexualidad y la morbosidad humana. Siendo ese triangulo
agridulce la canilla de la que manaron múltiples cuentos protoinfantiles que
hoy retozan en los cuartos de sus niños. Pueblos enormes y grandes reinos, unidos por el mismo
conflicto moral hacía el incesto, la religión y la amputación. Y de esa truculenta vorágine, se
nutren los cuentos que usted les lee a sus hijos…
Sin otro particular,
Atte.
Mr. Nemo
Bibliografía consultada:
(1) - Historias y ficciones. Coloquio sobre la literatura del siglo XV. La leyenda de la doncella de las manos cortadas en tradiciones italiana, catalana y castellana.
(1) - Historias y ficciones. Coloquio sobre la literatura del siglo XV. La leyenda de la doncella de las manos cortadas en tradiciones italiana, catalana y castellana.
(2) - La leyenda de la doncella Carcayona - Pino Valero Cuadra - Estudio y edición crítica. La materia cuentística de la leyenda de Carcayona
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