jueves, 5 de julio de 2012

Romina [2]



Estabas en el girar de unos pocos huesos, en el ondear del cabello en el aire frío, en el enfocar de la mirada. Estabas oculta, invisible al mundo en el que estabas sentada. Invisible aún a los ojos de los delincuentes nocturnos, tu presencia delante del mundo no destacaba más que una sucia botella de cerveza o una parada de colectivos.
Tu mirada inquisitiva y serena, como la de un ave que navega solitaria las corrientes oceánicas de los cielos. Escudriñando de lado a lado, ora a la diestra dándole la espalda a la siniestra noche, ora a la siniestra relojeando diestros deambuladores… Romina, tus ojos me observan desde desconocidas y fugaces presencias, espectros suburbanos tan vaporosos como raudos.

Nadie hay que no se siente en el umbral esperando ver pasar el cadáver de su enemigo, de su amigo, de sus sueños, de la deprimente presencia de una ausencia o de la ausencia de una presencia. Romina, ¿estarías esperando? ¿O estarías reviviendo una espera que fue pasada y que es tan presente como un futuro que nunca sucedió?

Repitiendo la escena en una fantasmagórica cinta de moebius clavada en el tiempo, ¿tiene sentido hablar de pasado, de presente o de futuro? Tu melancolía, tan íntegra, trascendía el tiempo, Romina, era el único elemento real entre el oleaje de sujetos y de objetos que llegaban y partían. Eras lo único real, recortada en ese instante… Yo lo vi, Romina.

Finalmente yo también debí partir, de nuevo. Nuevamente no te susurré ninguna palabra amable, ni intenté cualquier vaguedad de acto amable. Nuevamente te fallé, mi querida Romina. Te acaricié con mi mirada una última vez y subí al colectivo. Tú seguías allí, y allí seguirás cada vez que vuelva a recorrer esa esquina; en un sueño, en un recuerdo, en una noche. Que Dios te libre de esa pequeña cajita donde guardas tu pasado, Romina.

Mathematicus

Modelo de la foto: Hada de Otro Cuento.


English Version


You were in the spin of a few bones, in the wave of the hair in the cold air, in the focus of the gaze. You were hidden, invisible to the world where you were sitting.
Invisible, yet, to the eyes of night offenders; your presence in front of the world did not transcend more than a filthy bottle of beer or a bus stop.

Your inquisitive and serene gaze, like the one of a bird that flies in solitude over the oceanic currents of the skies…
Scanning from side to side, time to the right turning your back to the sinister night, time to the left, looking after righteous wanderers…
Romina, your eyes are watching me from unknown and fugacious presences, sub-urban specters so steamy as swift…

There isn’t anyone who doesn’t sit under the threshold waiting to see come by the body of its enemy, of its friend… of its dreams… of the depressing presence of an absence or the absence of a presence…
Romina, would you be waiting…?; Or would you be reliving a waiting that was past and is so present as a future that never happened? 

Repeating the scenery of a phantasmagoric Möbius strip… nailed in time, does it make sense talking about the past, present or future? Your sorrow, so complete, was transcending in time Romina, it was the only real element between waves of individuals and objects that came and leave…
You were the only real thing, highlighted in that instant… I saw it, Romina.

Finally, I had to leave as well, again. Yet again, I didn´t whisper to you any polite words, I didn’t even tried any polite act… again, I have failed you, my dear Romina.
I caressed you with my eyes one last time and took the bus… You remained there, and there you will remain every time I roam over that corner; in a dream, a memory, a night…
May God release you of that little box where you keep your past, Romina.

Mathematicus.

Photography: “Fairies from Other Tale”.

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