sábado, 9 de mayo de 2020

Cuando la incomodidad es el precio de un lugar seguro

Hey, I love you, guys, and you’re all worthy. Pass on the love.

Hace un tiempo había señado ($$) dos dominios en Nic.ar para unos pequeños emprendimientos. Como eran de los nuevos dominios .ar, se realizó un sorteo entre los interesados por cada dominio y luego se notificó un orden de prioridad para poder, a partir de una fecha determinada, comprar tal dominio o dominios. Yo obtuve el primer turno para uno de los dominios en el sorteo. Cuando fue la fecha indicada traté de efectuar la compra y no pude. En la página se mencionaba algo sobre problemas técnicos. Consulté al Twitter de Nic.ar y me respondieron que notificarían, más adelante, cuando se normalizara el servicio para concretar los trámites con dominio .ar. De vez en cuando entraba en la página para ver si había novedades y también revisaba periódicamente el correo para ver si había alguna novedad sobre los trámites. Por alguna razón, imaginé que nos avisarían por mail.

Dar N.,
Beaurocracy is a pain in the distant parts of the body because they treat us all as numbers. They don’t care for our feelings or individual circumstances, but just want to fit us in their drawers. So on the upside, they most certainly didn’t ridicule you. They just didn’t care. Don’t let them bring you down. Write it off as a teaching fee of life and move on. Here’s a sticker to put in the head of the next bureaucrat you meet J

Hace un rato entré a la página y descubrí que el servicio se normalizó hace una semana. Mi turno (y mi posibilidad de comprar el dominio señado) ya pasó. Alguien más, en un orden de prioridad más bajo, lo había comprado. No conforme con haber perdido el dinero de la seña recurrí al último recurso de un desesperado que por si fuera poco es idiota en una madrugada. Inicié un trámite de disputa por el dominio, bajo el pésimo argumento de haber entendido que recibiría una notificación por mail. Cuando pagué el precio del trámite de la disputa, supe que sería más dinero tirado a la basura.

It’s so frustrating and makes you feel helpless, uh? Do what you can to get it back, but also accept that sometimes things like this just happen. We can either curse the unfairnes and allow anger to consume us or we can see them for what they are – costs of living in a modern, imperfect world. Just like in ancient times, when a farmer’s crop was affected by flood or blight, they are almost a force of nature. Your frustration is valid, you are surely the victim here, but unrealised anger only hurts yourself – the flood will pass.

Al escribir esto, mi sentimiento más fuerte es el de frustración. Si el servicio hubiera funcionado cuando debía funcionar, hubiera comprado sin problemas el dominio. Si el sistema me hubiera enviado una notificación. Si se me hubiera ocurrido revisar antes la página. Si yo hubiera podido refrenar mi impulso de estupidez… Porque sé que es un problema estúpido. Pero esta noche es mi problema, mi frustración.

Ugh, that makes me so angry on your behalf! Sadly, it is so typical beaurocracy, rigged and made so difficult so civilians have to watch like a hawk to not get cheated…

Kind Words es menos un juego que un lugar para desahogarse. Un espacio seguro en Internet, como una isla escondida, para poder ser vulnerables por un rato. Si bien en muchos juegos podemos experimentar alivio del estrés (matando zombies en Doom mientras suena música heavy metal de fondo), Kind Words es diferente. Es suave, blando y amable.

Dude, this is the WORST! I always have this problem and its like the worst feeling, right? Its like you can lose so much money for a stupid reason L I feel sorry for you. Beuraucracy is the worst and can make you feel so bad.

Kind Words, un producto indie que el estudio independiente Popcannibal lanzó al mercado en septiembre de 2019. Nació para ser una propuesta disruptiva: una apuesta por la empatía y por el inmenso poder que tienen las palabras para construir.

Se puede incluso dudar sobre llamarlo “juego”. Consiste en una pequeña y cálida habitación donde estamos sentados en un escritorio mientras una radio reproduce suaves melodías de música lo-fi. Ese entorno minimalista es todo lo que tenemos. La interacción con los demás es mediada por un amable ciervo cartero que habla en murmullos. La propuesta es leer cartas anónimas escritas por usuarios reales que volcaron ahí algún tipo de problema y responderlas con palabras de ánimo. También nosotros podemos enviar cartas para desahogarnos y que otros usuarios nos respondan. Podemos adjuntar un sticker en las cartas y cuando recibamos uno que no tengamos de mano de otro usuario, podemos sumarlo a la colección. Cada tanto ignoro bajo qué mecanismo— se desbloqueará una nueva melodía en nuestra radio. Además de responder y escribir cartas, podemos enviar muy breves mensajes con palabras de ánimo a través de unos aviones de papel que entrarán y saldrán continuamente de la pantalla.

No existen niveles, no existe un viaje del héroe de las mil caras, no existe un enemigo final más allá del sufrimiento humano. Es y será siempre una cálida habitación que existe, como una isla perdida, en algún punto de Internet. Hay una crítica de este juego en la plataforma Steam que abre la puerta a una reflexión muy específica. Qué es lo que pasa cuando el lugar seguro de alguien es el lugar inseguro de otro. Un usuario declara en un comentario que varias veces salió de Kind Words en peores condiciones emocionales que las que tenía al entrar.

Muchos mensajes están inyectados con verdadera desesperación; fueron escritos por personas al borde del suicidio, con enfermedades terminales, adictos reincidentes que no saben qué hacer con su culpa…

I feel like everything is falling apart around me, and no matter how hard I try, I can’t fix it before I start breaking too.

¿Cómo podemos responderles en un par de líneas, con un sticker de una lagartija bonita, e irnos con la conciencia tranquila? Kind Words puede ser, para el lector de cartas, una montaña rusa de emociones que se desliza sobre la empatía por el dolor ajeno. Indudablemente la incomodidad por el sufrimiento es, entre otras cosas, lo que nos hace humanos y seguramente sea el verdadero precio a pagar para poder desahogarnos en Kind Words.

Una habitación cálida. Una melodía suave que nos abraza y una carta que nos dice que todo estará bien. La noche está poblada de almas tristes. Yo soy una. Tú quizás seas otra. Escribamos cartas.

Sin otro particular,

Nemo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Follow Us @soratemplates