miércoles, 21 de julio de 2021

Expediente Teletubbie


"While the show's examples of cooperative play, wonder, and simple joys are gentle and pleasing, the creatures can still be a little grating to parents watching along".

Crítica de Emily Ashby en Common Sense Media

 

Estoy seguro de que esto ya se ha discutido hasta la saciedad en el grupo, pero soy nuevo. El set de los Teletubbies siempre me dio una sensación enfermiza de niño, como si fuera una especie de purgatorio ineludible en el que ellos vivían, y también me daba una salvaje sensación de déjà vu. No solo el set, que estaba cercado por colinas, me daba una sensación de claustrofobia, sino que algo sobre el sol brillante y primaveral siempre proyectando una sombra drástica sobre las colinas y plantas siempre me recordará cómo se veían los primeros efectos de animación y CGI del momento. Como un lugar de la vida real que fuera parte del fenómeno del valle inquietante. ¿Alguien más tiene sentimientos similares sobre este set específico o ubicaciones similares?

Alex Hergan – The Backrooms (Facebook)


La controversia de Tinky Winky

“We're talking about a show for 1- to 4-year-olds; if we had homosexuals in it, they wouldn't even know it. Tinky Winky is simply a sweet, technological baby with a magic bag”.
Teletubbies producer, Kenn Viselman

 


Con respecto al recibimiento que el show tuvo en la crítica y a las opiniones polarizadas que generó, Zachary Crockett afirma que todos podían coincidir en una cosa: el show era “increíblemente extraño”[1]. La serie fue, indudablemente, un éxito desde el punto de vista económico y congregó, a pesar de las críticas, a una sólida audiencia de seguidores. Las quejas eran muy heterogéneas: que si el programa tenía algún valor educativo, que si era apropiado que niños menores de dos años vieran televisión, que si los colores brillantes de los Teletubbies eran usados por jóvenes consumidores de drogas psicodélicas para estimular sus experiencias. Entre ese tumulto de confusas opiniones se instaló la polémica sobre la presunta homosexualidad de un alien asexuado con cara de bebé.

 

La serie se estrenó el 31 de marzo de 1997; en julio el magazine The Face publicó una carta del profesor Andy Medhurst, de la universidad de Sussex, donde proponía la lectura de Tinky Winky como “el primer modelo queer para los más peques”. Pocos días después The Guardian hablaba del teletubbie como “un ícono gay” y la prensa inglesa comenzaría a fogonear el debate sobre la sexualidad del personaje en programas de entrevistas y de radio. Todo esto provocó que, cuando el programa desembarcara en Estados Unidos, fuera escoltado por publicaciones de The Washington Post o de revistas LGTB donde se daba por hecho la homosexualidad del personaje.

 

Claro que toda esa prensa sobre “el teletubbie que salió del closet” desataría fuertes reacciones de oposición al programa en los sectores conservadores de la sociedad. En un artículo atribuido al reverendo bautista Jerry Falwell se afirmaba que la homosexualidad del personaje era patente porque “es violeta, el color del orgullo gay; tiene una antena con forma de triángulo, como el símbolo del orgullo gay y porta un bolso de mujer”. Kenn Viselman, productor del show, expuso su defensa en la prensa: “Estamos hablando de un show para chicos de entre 1 y 4 años. Si tuviéramos personajes homosexuales (y para que conste, no los tenemos), ni siquiera se darían cuenta. Tinky Winky es simplemente un dulce y tecnológico bebé con una bolsa mágica”. Los periódicos más coherentes secundaron esta postura: era absurdo debatir sobre la presunta heterosexualidad u homosexualidad del personaje asexuado de un programa infantil. Nikki Smedley, la actriz que caracterizaba a Laa-Laa, se preguntaba en una entrevista[2] qué clase de persona puede tomar algo tan obviamente inocente y convertirlo en otra cosa.

~

La controversia del león y la osa

 


El león y la osa son personajes regulares de uno de los siete eventos mágicos del show (escenas o pequeñas historias que entretenían a los teletubbies, como por ejemplo los videos que veían en las televisiones mágicas de sus estómagos). Eran siluetas de animales, figuras planas probablemente hechas en madera y montadas en estructuras con ruedas parecidas a patinetas. Además de la boca y de los ojos, podían mover algunas otras pocas partes del cuerpo; el león balanceaba la cola y la osa, además de mover los brazos, extendía una larga lengua. La wiki del fandom de Teletubbies indica que estos personajes y sus breves dinámicas fueron una de las piedras angulares en las controversias que hubo alrededor del show, al punto de que esos episodios dejaron de emitirse en algunos países.[3] Los productores, al notar que algunas de las escenas podían no ser apropiadas para el targeting de la serie, volvieron a lanzar los episodios con algunas pequeñas modificaciones.

 

 Creepypasteros tomando ventaja de la polémica

 

El principal problema de estos personajes era el contraste entre sus figuras artificiales de movimientos mecánicos (que podrían muy bien tomarse por robots o juguetes) y su voz humana, lo que generaba un pequeño valle inquietante que era acrecentado por los movimientos de cámara y ciertos sonidos ambientales que trataban de darle un mínimo de dramatismo a la dinámica entre los personajes (la osa se esconde del león, quien luego comienza a perseguirla). Algunos ejemplos podrían ser el plano general de las colinas antes de la aparición del león, donde el viento susurra y hay una melodía algo tensa, o los primeros planos que le hacen al rostro del león cuando habla. En la persecución final, se observa que integraron algunas imágenes hechas por computadora, lo que resaltaba el aire de antinaturalidad de la escena. Finalmente, un aspecto más metafísico, pero no menos importante, es que en ningún momento de la narrativa se brinda información sobre los personajes. Simplemente aparecen. ¿Qué son? ¿Animales, máquinas, juguetes? Los espectadores no saben de dónde vinieron y esto podría haber contribuido a reforzar su naturaleza ambigua y el efecto inquietante que generan. De hecho, en la versión final no solo cambiaron voces y efectos de sonido para crear una secuencia más agradable, también se pueden oír los chirridos de las ruedas y las vibraciones de la madera para indicarles a los espectadores que el león y la osa no eran seres vivos, sino figuras mecánicas. Estos cambios y otros, como aumentar la velocidad en la persecución, trataron de reforzar la idea de que la escena es graciosa y no tensa.

 

Escena original

Escena editada

~

Conejos gigantes 


Debido al tamaño de los trajes de los teletubbies, la producción del programa optó por trabajar con conejos igualmente enormes para que parecieran de tamaño normal en proporción. Los conejos gigantes de Flandes pueden llegar a medir un metro y pesar alrededor de 10 kg. Aunque apenas recientemente hayan comenzado a popularizarse, su crianza documentada se remonta al siglo XVI en Bélgica. Recibe el nombre por provenir, de forma particular, de la Ciudad de Gent, en la zona de Flandes. En diversos portales sobre animales se indica que, a diferencia de otras razas, tienen un carácter dócil y no tienen hábitos muy activos; prefieren estar recostados y descansar. Al moverse para explorar o buscar comida lo hacen con movimientos lentos y tranquilos. Estas características parecen haberlos hecho idóneos para aparecer en el set de los Teletubbies, donde podíamos verlos en grandes cantidades simplemente retozando entre la hierba. En una entrevista[4] hecha por el Huffington Post a John Simmit, el actor que interpretaba a Dipsy, este reveló que los conejos estaban continuamente tratando de aparearse al punto de que se veían forzados a interrumpir constantemente el rodaje. 

 

“We used these Flemish giant rabbits, which were the world’s biggest rabbits,” Simmit explains. “I think that was Anne’s way of changing the perspective and making us look small”. Reportedly, the rabbits mated so regularly that takes regularly had to be interrupted and reshot to avoid any untoward humping.

Al parecer, según declaró Anne Wood la cocreadora en una entrevista con The Guardian[5], semanalmente algún conejo moría de un ataque al corazón (algo aparentemente relacionado con el tipo de raza) para desesperación del entrenador de animales en el set. Así perdieron siete de once conejos que, al menos, “murieron siendo felices”.

“Another problem was the rabbits. They needed to be big to fit in with the scale, and the only suitable ones we could find had been bred on the continent to be eaten. We gave them perfect conditions, running free over the Teletubby grasslands, but their breeding had given them enlarged hearts, and almost weekly the animal trainer would greet me in distress and tell me another had died. We lost seven out of 11. At least they died happy”.

 ~

Teletubbies gigantes

 


En 2017 muchas personas alrededor del mundo se sorprendieron —luego de que la información se hiciera viral en Tumblr— al descubrir que los teletubbies (o al menos sus trajes) habían sido gigantescos. Po, la más pequeña, tiene la misma altura que Barney el dinosaurio[6]. BuzzFeed News menciona en un artículo sobre el tamaño de los teletubbies, probablemente a modo de broma, que se han contactado con la BBC para clarificar si solo los trajes tienen esas dimensiones o si los teletubbies son, como personajes, “aterradores gigantes multicolores”[7]. Aunque a primera vista parecería no haber referencias claras sobre este punto, hay varios indicios que señalan que los teletubbies, en tanto personajes, no son tan altos como sus trajes.

 

Po: 6 pies (1 metro y 82 centímetros)

Laa-Laa: 6 pies y 6 pulgadas (1 metro y 98 centímetros)

Dipsy: 8 pies (2 metros y 43 centímetros)

Tinky Winky: 10 pies (3 metros y 4 centímetros)

 

Andrew Davenport, el escritor creativo y creador de los personajes, declaró en una entrevista a The Guardian[8] que su punto de referencia para el diseño de los teletubbies habían sido los trajes espaciales que los astronautas usaron en el alunizaje. A Davenport le resultaba divertido el aspecto infantil que les daban las enormes cabezas y las piernas cortas, además del moverse dando pequeños saltos. Así, tomó como base la idea del traje espacial y lo mezcló con el lenguaje limitado y emergente que tendría un niño pequeño.

 

“Part of the BBC's brief was to include live-action pictures of children. This presented problems. Tinky Winky was 8ft 6in tall so the Teletubbies would have seemed like monsters to kids. So I put TVs on to their tummies: I was entertained by the idea that the Teletubbies watch children on their screens with the same fascination that children watch Teletubbies on theirs”, indica Davenport.

 

La sorpresa de muchos al descubrir el tamaño verdadero de los trajes radica en la convicción tácita de que los teletubbies tenían dimensiones mucho más “humanas”. Este fragmento de la entrevista resulta muy esclarecedor y se relaciona con el uso de los conejos gigantes. El objetivo de la producción fue que a los pequeños espectadores no les resultara chocante ver colosales criaturas de más de dos metros y con ese fin utilizaron diversos trucos para disimular este hecho. Puesto que la BBC les había pedido que se incluyeran participaciones de niños reales, la solución lógica desde un punto de vista narrativo y de montaje fue la idea de que los Teletubbies observaran pequeños documentales de niños en las pantallas de sus barrigas “con la misma fascinación con la que los niños ven a los Teletubbies en la televisión”.

 ~

Los teletubbies se vacunaron contra la covid-19

 


El 7 de julio del 2021, como muestra de apoyo a las campañas mundiales de vacunación contra la covid-19, la cuenta oficial de los Teletubbies en Twitter publicó unas imágenes de las cartillas de vacunación de los cuatro personajes que informaban que habían sido vacunados “justo a tiempo para el caluroso tubbyverano”.[9] Un día después publicaron una imagen de Noo-noo, la aspiradora, para notificar que ella también había sido vacunada.[10] Como dato de color, se nos informa que los teletubbies nacieron todos en la misma fecha: 02/20/03; esto implica que tienen 18 años.

Fuera de los comentarios de indignación de algunos padres antivacunas, varios usuarios señalaron las implicaciones que esto tendría si se tomara de forma canónica (no solo que los teletubbies son vulnerables a la enfermedad, sino que su existencia transcurre en nuestra misma época histórica).

 ~

Los Tiddlytubbies

 

En el episodio “Babies”, estrenado en 2015 en el Reino Unido, se introdujo a los pequeños tiddlytubbies, quienes también viven en el superdomo con los teletubbies más grandes. La idea detrás de esto fue, desde la producción, darles un cierto crecimiento y madurez a los teletubbies al permitirles cuidar y ser cariñosos con los pequeños bebés. En particular al considerar que ese año, desde su fecha de estreno, los teletubbies habían cumplido dieciocho años.

 

“The Teletubbies 18 years on seemed so grown up (...) and we thought it'd be really interesting to see the Teletubbies caring. Cause we'd seen a lot of 3 and 4 year olds with their 1 year olds (...) and so it seemed to be quite sweet to see the Teletubbies, traditional Teletubbies with the Tiddlytubbies”, habría declarado Billy Macqueen, miembro de la producción, en BAFTA TV Q&A 2017.[11]

 

En 2018 debutó en el canal oficial de Youtube de los Teletubbies un spin-off animado con los Tiddlytubbies.[12] Actualmente pueden verse sus aventuras en su propio canal.[13] Desde esa época se han comercializado gran cantidad de productos y juguetes con estos personajes. Algunos usuarios han señalado que la existencia de los bebés (sobre todo si son considerados hijos de los teletubbies mayores) introduce varias problemáticas a la lógica del programa, como por ejemplo la naturaleza de la reproducción de estas criaturas. Al respecto, sería recomendable no perder de vista que los Tiddlytubbies fueron creados con el fin narrativo específico de mostrar a los teletubbies en dinámicas de “hermano mayor” y, por supuesto, para desarrollar el potencial comercial de la franquicia a través de nuevos productos.

 ~

Teletubbielandia


El set de filmación de la serie, ubicado en una granja del condado inglés de Warwickshire, había demostrado ser susceptible de inundarse bajo fuertes lluvias, como detalla Andrew Davenport, el creador, a The Guardian.[14]

 

“Once there was a huge rainstorm, and the set began to vanish under water. We all sheltered in the dome, but water began bubbling through, and the fire brigade had to pump us out. Several of us had to spend that night in Teletubbyland because the fields were too flooded to cross”.

 

Tan pronto como el programa comenzó a popularizarse, Teletubbielandia fue asediada por fotógrafos que ingresaban de forma furtiva desde el campo o incluso a través de helicópteros, relata Ann Wood, la cocreadora, en la misma entrevista. No solo debieron contratar seguridad privada para evitar el ingreso de intrusos, sino que incluso llegaron a vendarles los ojos a los escasos visitantes con el fin de mantener la ubicación de la tierra de los Teletubbies en el mayor secreto posible. La máxima ambición de la prensa oportunista era lograr fotografiar a los teletubbies sin sus cabezas para exponer a los actores, por lo que la producción debió construir una carpa especial en la que pudieran quitarse los trajes en secreto. “Se sentía como si la prensa estuviera intentando decirles a los niños que Papá Noel no existe”, compara Davenport.

 

Una página con contenido divulgativo sobre la historia y cultura de Warwickshire explica, en un artículo sobre las características geológica del paisaje del programa, que el set de Teletubbielandia “está cubierto por arcillas y calizas delgadas de la edad del Jurásico Temprano, originalmente depositadas como capas de barro en el mar jurásico hace aproximadamente 200 millones de años”.[15]

 

Teletubbielandia, para más precisión, estaba situado en Wimpstone, en tierras de cultivo ocho kilómetros al sur de Stratford-upon-Avon. La cúpula del superdomo tubbietrónico fue removida, y en el lugar ahora hay un estanque que puede verse desde Google Maps[16]. La arcilla jurásica de la zona, por su naturaleza impermeable, habría sido perfecta para contener el agua del estanque (además de explicar que la zona fuera tan susceptible de inundaciones).

~

Los Teletubbies como utopía de ciencia ficción


El escritor británico de ciencia ficción Adam Roberts propuso un análisis profundo[17] de los Teletubbies desde el enfoque de este particular género literario. “Los teletubbies viven en Teletubbielandia, una suerte de Hobbiton de alta tecnología con campos verdes y colinas salpicadas de coloridas flores y conejos”. En su hogar, el superdomo tubbietrónico, son atendidos por una serie de máquinas que les proveen alimento, limpieza e indicaciones para desarrollar divertidas actividades. Roberts sugiere que estas criaturas representan niños alienígenas en diversas estadíos de crecimiento; desde Tinky Winky, quien tiene las mayores (aunque todavía muy limitadas) capacidades de habla, hasta Po, cuyas expresiones son más cercanas al habla de un bebé. Además, por supuesto, de las diferencias de personalidad y carácter que tienen.

 

Una lectura general del programa a priori se enfocaría en lo evidente: es un programa para niños pequeños y sus características se articulan sobre esto. Repetición, colores brillantes, travesuras infantiles, documentales sobre la vida cotidiana de otros niños. Esta lectura es válida y, sin embargo, en exceso reduccionista, indica Roberts. El propio y heterogéneo público de la serie abre la puerta a explorar nuevas interpretaciones sobre “la lógica subyacente del programa”.

 

Los teletubbies, afirma el escritor, son indudablemente cyborgs: no solo están inmersos en un ambiente automatizado, sino que incluso tienen pantallas incrustadas en el cuerpo y lo que parecen ser “antenas de televisión orgánicas en la cabeza”. Una lectura poética sobre esto podría relacionar a los personajes con una metáfora sobre las nuevas infancias y su relación con los televisores. ¿De dónde han salido los teletubbies?, se pregunta Roberts. ¿Tienen padres? ¿Han sido abandonados? ¿Son realmente alienígenas o humanos alterados genéticamente? Sean lo que sean, provienen de una cultura muy avanzada tecnológicamente. Así como los borgs (criaturas del universo de Star Trek) parecen haber asimilados los dispositivos tecnológicos en sus propios cuerpos, aunque en lugar de vivir en un entorno totalmente artificial, han optado por uno moldeado por la estética del mundo natural. La aparente contradicción entre el alto grado de inteligencia y conocimientos tecnológicos necesarios para construir el domo vital de los Teletubbies y su inmadurez infantil se resuelve, más que con la hipótesis de un abandono parental, con una de las narrativas tradicionales de la ciencia ficción.

 

Siguiendo esta lógica, el escritor sugiere que los Teletubbies podrían ser una versión contemporánea y mucho más autocongruente de las criaturas eloi de la novela The time machine de H. G. Wells, quienes tenían mentalidad de niños, aunque cuerpo y sexualidad de adultos. Es decir, una sociedad tan avanzada tecnológicamente que había logrado superar aspectos como la necesidad de trabajar, la preocupación o el esfuerzo en cualquier forma. Así, con el paso del tiempo “fueron perdiendo todas las funciones relacionadas con el estrés de la consciencia adulta: ética del trabajo, consciencia, culpa, lujuria, ira, avaricia” y esto los llevaría a una regresión de vida y existencia infantil en la que superarían incluso a los eloi al desprenderse de los impulsos sexuales. En El mundo feliz de Huxley también se proponía una utopía de felicidad humana basada en la infantilización, aunque en esta también la humanidad conservaba la madurez física y apetitos adultos.

 

 Los eloi en la novela The time machine

 

Esto implica que la utopía de los Teletubbies llegó más lejos que ninguna en este camino de la ciencia ficción. Los videos que los personajes ven no serían otra cosa que documentales históricos enfocados en el paradigma de la existencia infantil; el rostro del sol, la manifestación de la inteligencia artificial central que regula y mantiene el mundo. Podría verse como una especie de paraíso, pero esto sería ignorar algunos conceptos nucleares de la teoría freudiana: el placer en el humano adulto está regido por una mediación entre el Ello y el Superyo, no hay forma de escapar a esto. Esto lleva a Roberts a la pregunta final: “¿qué tan lejos en el camino hacia la consciencia infantil será necesario viajar para lograr una felicidad plena una vez que la tecnología haya eliminado las barreras que nos limitan?”.

 ~

Datos de color

Dipsy, el teletubbie verde, tiene la piel del rostro visiblemente más oscura que sus compañeros. Los creadores han establecido que él es negro.[18] Adam Roberts asocia en su análisis, por cierto, los movimientos de baile de Dipsy (que parodian posturas de hip-hop) con un estereotipo de personaje negro.

 

“They are also differentiated in terms of character: they all have racially ‘white’ faces and hands, except for Dipsy who is racially ‘black’ (quite apart from his pimp hat, Dipsy adopts rather patronisingly stereotypical hip-hop dance postures)”.

 Dipsy bailando

 

Po, la pequeña teletubbie roja, era interpretada por la actriz británico-china Pui Fan Lee, quien incluyó varias palabras en cantonés en el vocabulario del teletubbie (como por ejemplo “¡fi dit!” para decir “¡más rápido!” o “¡yāt, yih, sàam!” para contar hasta tres)[19].


En 2017 los Teletubbies se presentaron en el programa británico de Lorraine Kelly por los 20 años al aire de su programa. Al despedirse de la presentadora, Dipsy le dio un abrazo y accidentalmente sujetó uno de sus pechos.[20]


También en 2017, los Teletubbies se habían presentado en The One Show. Al despedirse del público y de los invitados, la aspiradora Noo-Noo tocó con su trompa el trasero de la conductora invitada Holly Willoughby, quien dio un brinco por el sobresalto. Luego ella postearía la secuencia en Instagram y tomaría la situación con humor.[21]

 


[6] https://www.dallasobserver.com/news/year-of-the-dog-6402662 

Este artículo de 1997 es mencionado como referencia en la wiki sobre el show de Barney.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Follow Us @soratemplates