lunes, 7 de julio de 2014

Daria, la chica resiliente


Daria, estandarte por excelencia del adolescente inadaptado moderno y serie de culto para muchos, ha sido invariablemente un sinónimo directo de psicopatología. En el contexto de un trabajo práctico hecho para una materia llamada Personalidad normal (también estudio Counseling, deben saber), tuve la idea de hacerlo sobre uno de mis personajes favoritos. Los resultados no pudieron menos que sorprenderme, pues esta chica inadaptada con rasgos depresivos reune una serie de características que la hacen digna de ser llamada resiliente. ¿Qué es eso? Pues la resiliencia es la capacidad de una persona de desarrollarse en un ambiente adverso.

Le prevengo, lector casual, la longitud del trabajo es larga. Al seguidor de Daria no le diré nada, porque seguramente disfrutará de leer esto y la advertencia carecerá de sentido para él.

Daria es una serie animada de televisión creada por Glenn Eichler y Susie Lewis Lynn y producida por el departamento de animación de MTV. El personaje principal fue sacado de la serie Beavis and Butthead, producida por la misma MTV. Daria fue emitida en más de veinte países, entre 1997 y 2001, con eventuales retransmisiones.

La serie comienza con la mudanza de la familia Morgendorffer a una ciudad llamada Lawndale (por razones laborales de sus padres: Helen, abogada y Jake, publicista) y con el ingreso de Daria y de su hermana Queen a la Secundaria Lawndale. Queen, una adolescente sumamente superficial solo interesada en la moda y en las citas, no tarda mucho tiempo para adaptarse al nuevo ambiente escolar y unirse al Club de Modas con otras chicas consideradas populares. Daria, en cambio, es obligada a asistir a un taller de autoestima dictado por el profesor Timothy O’Neill al diagnosticársele problemas de autoestima en una consulta psicológica escolar. En el taller conoce a Jane Lane, otra adolescente inadaptada, y se convierten en amigas al descubrir que comparten gustos comunes en programas de televisión, comidas y, sobre todo, en su visión pesimista de la vida. Muy pronto las ironías de Daria hacía sus compañeros hacen que estos la excluyan, Daria se relaciona solamente con Jane, y ambas se burlan mordazmente de sus compañeros siempre que pueden. Pese a esto, Daria reniega de ser rotulada como una “inadaptada” o “antisocial”.

Helen y Jake tienen un pasado de hippies del que solo guardan recuerdos luego de convertirse en profesionales. Continuamente Jake se siente desvalorizado, ya que es Helen quien sostiene la casa y tiene muchos recuerdos tormentosos de su padre que lo angustian. Cuando Daria tenía 6 años, Jake se sentía sumamente presionado laboralmente por su jefe y eso lo llevaba a tener discusiones con su mujer, además de que lo obligaba a dedicarles poco tiempo a sus hijas. En esa época Daria ya tenía problemas al relacionarse con los otros niños: prefería leer libros y sus compañeros se burlaban de ella por su forma de hablar y por sus anteojos, por lo que frecuentemente la psicóloga de la escuela llamaba a los padres de Daria sin que éstos supieran cómo tratarla. 

A los 12 años Daria usa algunos insultos de obras de Shakespeare con sus profesores, a los 15 escribe violentas fantasías de venganza para obtener reacciones, a los 17 envía un cuento a una revista literaria y se deprime mucho cuando este es rechazado. Daria misma elabora un diagnóstico de su familia ante un psicólogo: “Mamá resiente el tener que trabajar tanto y así esconde su culpa porque en realidad le gusta trabajar. Papá sufre por ser menos activo que mamá, pero cree que está mal sentirse así y se esconde detrás de una pantalla de despistado. La superficialidad de Queen es como una armadura contra el miedo que le da ver su interior y no encontrar nada ahí. Y mi defensa es hacer que la gente me rechace para no sentirme mal cuando lo hagan". Daria se enamora de Trent Lane, el hermano de Jane y guitarrista de la banda under Mystica Espiral, por lo que comienza a ponerse muy ansiosa cuando lo tiene cerca, sintiendo siempre que es incapaz de hablarle. Tiempo después Jane conoce a Tom Sloane en un concierto de la banda de su hermano y empiezan a salir, razón por la que Jane empieza a dedicarle menos tiempo a Daria y eso las lleva a discutir. Tom empieza a conocer a Daria y a mostrar preferencia por ella, finalmente deja a Jane y empieza una relación con Daria en la que a ella le costará mucho expresar sus sentimientos.

A lo largo de la serie se puede observar el crecimiento de Daria hasta su graduación, el desarrollo de su identidad y el aprendizaje para convivir con sus defectos. Daria tiene, en concordancia a las pautas de madurez de Maslow, una eficiente percepción de la realidad al juzgar situaciones, aunque frecuentemente esto no es así con las personas ya que ella presiente siempre que será rechazada y eso condiciona su comportamiento. Situación que puede verse en su gran nerviosismo al interactuar con Trent Lane cuando este le gustaba. Daria tiene grandes conocimientos de la naturaleza humana, como resultado de ser una gran lectora de autores existencialistas (como Kafka) que continuamente vuelca en agudos comentarios que develan su conocimiento de la intencionalidad de determinados hechos, sobre todo relacionados con la política y con la economía. De esta manera cuando su madre cuenta en la mesa del desayuno que la familia había sido invitada a un fin de semana en un lugar de descanso y psicoterapias por parte de la empresa donde trabajaba, Daria rápidamente comprende que están tratando de hacer un diagnóstico de su familia para evaluar si Helen está capacitada para un ascenso.

Daria demuestra también una gran espontaneidad concordante a su adolescencia. De esa manera cuando, en Los prófugos días de fiesta, tiene que demostrar que ella es “buena onda”, atina a invitar a sus interlocutores a comer pizza y estos le demuestran respeto por su reacción rápida. Aunque disfruta de la soledad, esto no le impide mantener largas conversaciones telefónicas con su amiga Jane, pasar mucho tiempo en casa de esta viendo televisión y compartiendo el gusto por el arte de Jane ni tampoco salir a pasear con ella o acompañarla a los conciertos de Mystica Espiral.  Es también una gran seguidora del programa Mundo enfermo y triste, que pasa continuamente notas sobre noticias extrañas y grotescas del mundo, programa que ve y comenta con su amiga Jane y luego, también, con su novio Tom. La veremos también jugando Doom, el famoso videojuego shooter, como cualquier adolecente que se distiende en el ocio.

Tiene una visión muy realista de la vida que, a veces, se convierte en una visión pesimista de las motivaciones de los adultos y la falta de principios que ve en su cultura y sociedad. Valora mucho el arte, incluyendo cuadros y esculturas, de su amiga Jane. También apoya la banda de Trent, aunque al principio dijera que eran "una mala imitación de The Doors". Daria es muy veloz para retrucar con ironías y bromas. Ejemplos de ello son: "No soy cerebrito, solo soy realista y más inteligente que tú", "Bienvenida al infierno, por favor mantén tus brazos y codos dentro del vehículo", "¡Dios, por favor, un aneurisma!", "Tú mueres por tu propia boca", "No digo que sean aliens..., pero hay algo allá afuera. Algo estúpido", "No voy a perforarme el ombligo, nunca me he hecho nada malo", "¿Tu padre también es un exhippie resentido?”, "Tranquila, es un examen psicológico. Estás automáticamente exenta”. Continuamente Daria siente que sus compañeros son superficiales y vacíos, excusa que enarbola para bromear a costa de ellos, aunque rara vez, por no decir nunca, se ríe de sí misma, actitud que es justificable por estar transitando su adolescencia. Las bromas de Daria siempre hacen reír a Jane, a Trent (y al mejor amigo de Trent, Jesse Moreno) y a Tom, los cuales valoran mucho el humor de ella.

El racionalismo de Daria la aparta de la característica oceánica o mística que Maslow describe, ya que descree abiertamente de cualquier cosa de carácter milagroso. Cuando su hermana creyó que tenía un ángel de la guarda que la protegía, Daria se burló de ella, aunque finalmente aceptó que su hermana tuviera la necesidad de creer en una fuerza superior. Aunque siente rechazo por el estilo de vida superficial de su hermana (y esta por el de Daria), en contadas ocasiones ambas hermanas han demostrado genuinos gestos de cariño una por la otra. Daria encuadra mejor en el tipo teórico de tipología de valores de Allport: una actitud predominantemente cognitiva que busca siempre observar y razonar. En cierta ocasión ella se imagina a sí misma siendo adulta como una científica y continuamente busca reforzar su imagen personal de intelectual.

Es capaz de tener una relación social profunda con Jane, su mejor amiga, y posteriormente con Tom, su novio, aunque le resulta muy difícil entablar relaciones con otras personas, hecho que ella racionaliza justificando su actitud por falta de interés en los demás. Jane Lane, proveniente también de un hogar disfuncional, alienta el humor negro de Daria y participa activamente de este y de sus continuas sátiras sobre sus compañeros y sobre la vida. Se conocieron en el taller de autoestima del colegio, donde enviaban a los chicos inadaptados a desarrollar conceptos de autoayuda. Simpatizaron rápidamente y se hicieron amigas dentro y fuera del colegio. En un determinado momento Jane comienza a hacer ejercicio, ganar competiciones y empezar a ser aceptada, situación que la separa de Daria y revela la faceta más posesiva de Daria para con su mejor amiga. 

Daria posee una gran certidumbre ética que se vislumbra en varios momentos de la serie: cuando el profesor O’Neill intentó que ella diera las charlas de bienvenida a los nuevos alumnos que ingresaban a la secundaria, Daria argumentó que hablar bien de la institución cuando ella misma no creía que fuera un establecimiento de nivel no sería ético. De la misma manera sintió rechazo ante las explicaciones que les dieron unos economistas a su clase, en una visita a un centro comercial, por considerarlas poco éticas. En otra ocasión, ante una huelga docente, la directora le permitió dictar la clase de Literatura del curso de su hermana. Daria demostró una gran entereza al no aprovecharse de su situación de poder para perjudicar a su hermana y a sus amigas, ya que trató, por el contrario, de hacer una clase amena y un examen sencillo.

Daria demuestra también una gran creatividad, en cierta ocasión escribió un cuento con gran destreza literaria que tenía ciertos cambios de voces que, como le señaló Tom, desafiaban al lector. Luego de tomar coraje envió el cuento a un concurso literario en una revista, y se sintió muy fracasada cuando esta la rechazó. Demuestra tener poca tolerancia a la frustración, como la denomina Allport, posiblemente como consecuencia del poco desarrollo de su confianza básica en la primera infancia, fruto de padres muy consumados al trabajo. En cuanto a sus motivaciones de crecimiento, como les llama Maslow, Daria desea continuar con estudios universitarios luego de terminar la secundaria. El ambiente académico la motiva mucho y la entusiasma la idea de ser una escritora. En cierta ocasión fantaseó viéndose casada en el futuro con Trent (en un matrimonio que no era feliz, cuestión que le hizo ir perdiendo su interés en el hermano de su amiga), de lo que se desprende que Daria tiene cierto deseo de formar una pareja estable y consolidada en su vida adulta. En su fantasía ella trabajaba como científica y mantenía la casa mientras que el bohemio de Trent seguía esperando “inspiración” para seguir escribiendo canciones para su banda. En tal sentido hubo una variación en sus motivaciones relacionales al toparse con el interés de Tom y su sólida formación intelectual que le permitió disponer de contención. Fue, entonces, una relación que se estableció más en correlación con las necesidades de afecto y contención emocional e intelectual de Daria.

Daria se reconoce como un producto de la cultura estadounidense, aunque no se siente atada a mantener una pauta de comportamiento específico para mantenerse en determinado patrón cultural. En tal sentido se puede afirmar que Daria tiene autonomía de decisión por encima de la influencia cultural. Cuando Tom comenzó a hablar sobre la madurez de su noviazgo y su deseo de dar un paso más y tener sus primeros encuentros sexuales con Daria, esta se embarcó en largas introspecciones para dilucidar si se sentía preparada o no, luego de una primera sensación de temor ante esta nueva situación que le era desconocida: el deseo sexual de otra persona sobre ella. Daria en esa situación llegó incluso a hablar de su problema con su madre, pidiéndole un consejo y recibiendo mucho apoyo de parte de ella para, finalmente, concluir que no se sentía todavía preparada para iniciarse sexualmente y exigiéndole a Tom que respetara su decisión.

En determinado momento de su adolescencia, Daria pudo tomar contacto con un recuerdo olvidado de su infancia que consistía en una discusión familiar muy fuerte que las tenía a ella y a sus problemas de relaciones sociales como centro. La perturbó mucho concluir que podría haber sido siempre una causa de molestia para su familia, aunque sus padres, cuando ella les planteó el asunto, supieron abordar el tema de forma apropiada y tranquilizarla al respecto. La conversación concluye con Daria dándoles les gracias por haber sido tan pacientes siempre con ella y reconociendo que, seguramente, no habría sido una empresa nada fácil el haberla criado de pequeña. De manera similar ella encaró distintas crisis de carácter ontológico: recurriendo al diálogo y a la comprensión racional. Con esos recursos pudo resolver conflictos centrales de su adolescencia de manera muy resiliente. 

Así, aunque Daria tenga problemas de autoestima (pese a que ella señale: “No tengo baja mi autoestima, tengo baja mi estima a todos los demás”) y no se esfuerce por el desarrollo de sus habilidades sociales, supo establecer una red de apoyo entre Jane, Tom, y sus propios padres (cuando hace falta).  Además de que es capaz de identificar sus fortalezas y valorar su persona la mayor parte del tiempo. También tiene fuertes propósitos orientados al futuro, en razón de su carrera universitaria y de un futuro profesional que, junto a su firme desempeño académico, hacen que se enfrente a su  egreso de la secundaria sin temor y que tenga significados orientadores de la realidad. Tampoco se puede omitir el sentido del humor de Daria, icónico y representativo de la serie, que la ayuda a sobrellevar su vida diaria y su complicidad con Jane. Puede concluirse que lo que más resalta de Daria es su tendencia actualizante, en un sentido rogeriano (tendencia innata al crecimiento y desarrollo), que se manifiesta de manera resiliente (es decir, bajo circunstancias hostiles) en sus expresiones intelectuales por encima de ligeras conductas patológicas relacionadas con la ansiedad social y con la depresión, que deben ser contextualizadas en el período de la adolescencia de Daria.
 

1 comentario:

  1. Me encantó, defines muy bien la conducta que tiene, hace poco me animé a verla y fue mejor de lo que esperaba, siento que sería fantastico conocer más gente así, que el mundo no está tan perdido como pienso...

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