Rasgando /extraño escribir/ el aire frío /extraño estar sentado en silencio/ con la hoja filosa /y ver el mundo fluir/
Romina, el cruce de estilos no sale como quisiera; las manos
no responden, la redacción se marchita… Lo siento, Romina. Siento que mi alma no
pueda sostener la pluma con el mismo esmero con el que quisiera sostener mis
huesos, mis convicciones o mi espada. Nuestros caminos pueden volver a cruzarse, Romina.
Romina, no quiero robar frases contrahechas de autores sin rostro ni corazón flameante. Quiero desear que no pueda olvidarte mientras
recorra esa calle en mis pensamientos, a pesar de la lúgubre sensación de no haber
podido ayudarte.
Danzando /con la noche/ en esta madrugada /siento los
susurros/ mientras escucho las sombras
El auto negro y las hojas que caían de los árboles. El auto se detuvo, pero el mundo siguió girando. Solamente los árboles fueron testigos mudos de tu dolor, Romina, sintiendo el rumor, los susurros de tu corazón. Yo también fui un testigo mudo de tu pavor, Romina. Siento que te observo desde un balcón, que te veo en una calle sin nombre ni ubicación. Siento que estás ahí, en ese silencio extraviado en mi corazón, el silencio que hace vibrar mi espada de indignación. ¿Por qué él no te quería ahí? Su mejor argumento era el volumen de su voz. No sé cómo lo convenciste, qué palabras dulces susurraste, si acaso, y por ventura, temblaste.
El hado, tu hado, Romina, no se cumplió allí. Si tan sólo te
hubieras bajado… Pero, ¿qué podría haberte dicho? Romina, no hubieras deseado
mis palabras; ajenas a tu vida, credo y razón.
Un hombre reflexiona, en la cocina de su hermano y por la
gracia de un escritor, que nos apropiamos de nuestros recuerdos, los pulimos y
redondeamos hasta que los convertimos en algo nuestro, en un artificio más de
nuestro candor. Romina, quiero desear que no pueda olvidarte mientras recorra
esa calle en mis pensamientos, a pesar de la lúgubre sensación de no haber podido
ayudarte.
Es muy tarde, Romina, no sé en que parte de esta angulosa
ciudad que devora a sus habitantes estarás… no sé si estás triste, quizás durmiendo.
Te imagino durmiendo, Romina, necesito saber que estás a salvo en tus sueños, en
un terreno onírico donde él no tiene jurisdicción, para poder irme a dormir.
Necesito saber que sueñas con la libertad.
Romina, que el Alfa y la Omega te guíe a un buen puerto.
Buenas noches.
Mathematicus
English Version
English Version
Tearing…
strange writing, the cold air… I miss to be seated in silence, with the sharp
blade… and watch the world flow…
Romina, the
intersection of styles doesn’t turns out the way I hoped for, the hands don’t
respond, the writing shrivels up… I’m sorry Romina. I’m pity my soul can’t hold
the pen with the same care it holds my bones, my convictions or my back…
Our paths
may cross again, Romina.
Romina, I
don’t want to steal counterfeiting quotes from nameless writers, without face
nor flaming heart, I want to wish not to forget you while I walk through that
street in my thoughts… with the mournful feeling of not being able to help you.
Dancing…
with the night, in this early morning… I feel the whispers, while I listen to
the shadows…
The black
car, and the leaves that fell from the trees… The car stopped, but the world
kept spinning. Only the trees were silent witness of your pain, Romina. Feeling
the gossip, the whispers of your heart…
I also was
a silent witness of your fear, Romina. I feel I watch you from over a balcony,
that I see you in a street without name or location. I feel you are there, in
that missed silence in my heart… The silence that makes my sword shake from
indignation.
Why he
didn’t want you there? His best argument was the volume of his voice… I don’t
know how you convince him, what sweets words you whispered to him… if even and
by chance you tremble…
The fate,
your fate, Romina, didn’t fulfill there. If only you had got out… But, What
could I have said to you?, Romina, you wouldn’t have wanted my words;
foreigners to your life, creed or reason.
A man
ponders, in his brother’s kitchen, and by the grace of a writer, we take possession
of our memories, we polish them and we make them more fit until we turn them into
something of our own… in one more craft of our innocence.
Romina, I want
to wish not to forget you while I walk through that street in my thoughts… with
the mournful feeling of not being able to help you.
It’s too
late, Romina, I don’t know in which place of this angulate city, which devours
its inhabitants, you are… I don’t know if you are sad… sleeping. I imagine you
sleeping, Romina, I need to know that you are safe in your dreams, in a
dreamful terrain where he has no jurisdiction, so I will be able to sleep. I
need to know that you dream with freedom.
Romina, may
Alpha & Omega guide you to safety. Good night.
Mathematicus
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